Por:
Bonifacio Solis-Mora
Muchas
veces nos encontramos en la situación de que necesitamos obtener cierta
información de manera rápida, y sin movernos de un lugar a otro. En el pasado,
teníamos que ir a algún lugar para obtener dicha información (una biblioteca
púbica, consultar con expertos, buscar alguna revista o publicación relacionada
con la información que buscamos, etc.), pero hoy en día la gran mayoría de
nosotros tenemos a nuestro alcance algún tipo de aparato (computadora portátil
o de escritorio, teléfonos inteligentes, tabletas, etc.) que nos permite
consultar dicha información de manera rápida y precisa.
Es así como
las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) ha modificado la forma
en que aprendemos en la actualidad, y en este sentido, ha generado la creación
de instituciones virtuales donde se puede continuar la educación sin
interrumpir otras actividades. Aunque en la actualidad existen diversos
aparatos y medios disponibles, la educación virtual y a distancia no es algo
nuevo. Ha seguido una evolución desde sus inicios [basado en Ortiz (1988) y
Palacios-Jiménez (2005)]:
Etapa 1:
Enseñanza por correspondencia (Finales Siglo XIX a inicios del Siglo XX). Los
medios disponibles son los medios impresos y el servicio postal; se caracterizó
por ser unilateral, porque el alumno se encontraba solo y sin otra forma de
apoyo más allá del material impreso.
Etapa 2:
Enseñanza Multimedia (Surge a partir de 1960). Aquí los medios disponibles son
los medios de comunicación, como el teléfono, televisión y recursos
audiovisuales, donde el aprendizaje se basaba en un paquete instruccional que
contaba con material impreso, audiovisual y cada vez más material electrónico.
Etapa 3.
Telemática (Surge a partir de 1970). Ahora está más ligada a la evolución de
las tecnologías de la información y la comunicación, y se caracteriza por la
inserción de las telecomunicaciones con otros medios educativos, como por
ejemplo el CD-ROM.
Etapa 4.
Enseñanza colaborativa basada en internet (Surge a partir de 1990). En esta
etapa, los recursos que se utilizan pueden ser enviados a través de la web, y
se clasifican en sincrónicos (chats, videoconferencias), y en asincrónicos
(correo electrónico y foros de discusión). Aquí, el estudiante toma un papel
activo y autogestor, mientras que el docente se convierte en un guía y
facilitador del aprendizaje.
Como se
puede observar, en el entorno virtual no tiene cabida para el aprendizaje
pasivo y auto dirigido, sino todo lo contrario, en el que propicia un cambio en
el que se deja de ser alumno y se convierte en estudiante. Y es aquí donde se
tiene que tomar en cuenta las características y retos que el estudiante en
línea enfrenta.
Características
-Actitud
proactiva, considerando la toma de decisiones basadas en libertad y autonomía
en la toma de decisiones con respecto al propio aprendizaje sin perder de vista
el objetivo.
-Compromiso
con el propio aprendizaje, convirtiéndose en agente activo y autogestor del
mismo.
-Conciencia
de las actitudes, destrezas, habilidades y estrategias propias, con las que se
podrán facilitar la recepción y análisis de la información.
-Actitud
para trabajar en entornos colaborativos, donde se conoce a otras personas de
las que también se puede aprender, y las que pueden aprender de uno mismo.
-Metas
propias, sin perder de vista que los límites son establecidos personalmente.
-Aprendizaje
autónomo y autogestivo, donde se debe generar destrezas relacionadas con la
comunicación, búsqueda, selección, producción, difusión de la información y el
conocimiento.
Retos
-Dejar
atrás el aprendizaje dirigido para pasar a ser auto dirigido.
-Evitar
memorizar y repetir conocimientos; en su lugar analizarlo, procesarlo y hacerlo
propio para así proyectarlo.
-Dejar
atrás los entornos competitivos, donde es mejor aprender a aprender de todos.
-Gestión y
administración del tiempo, donde se crea una agenda de actividades flexible y
realista.
-Destrezas
comunicativas, en las que se consideran el uso propio de la gramática,
ortografía, y etiqueta.
Aún así,
uno de los retos más grandes sería el de convertirse en un “alfabeta digital”,
que no sería otra cosa mas que convertirse en
una persona capaz de manejar la sobrecarga de información y discriminación de las
fuentes de información, donde se aprende a usar la información eficazmente y
comunicarla de manera precisa.
Ahora bien,
la educación a distancia no está exenta de ciertos mitos, como decir que es muy
fácil y sencillo, donde sólo se necesita una computadora y ya (o que estudiar
en línea es muy difícil y complicado); que no hay nada que leer, sino solamente
copiar y pegar información encontrada; y que como no se conoce físicamente al
estudiante, se puede dejar de estudiar en cualquier momento.
Al igual
que cualquier mito, no hay otra manera de aclararlo sino a través de la
investigación, el intento, la constancia y dedicación, y aprendizaje que los
errores nos dejan.
Espero que
al revisar la información anterior se aclaren las dudas que puedan haber
surgido con respecto al compromiso que implica ser un estudiante en línea, sus
características, retos y mitos.
Nunca hay
que perder de vista que todos tenemos las habilidades y destrezas necesarias,
tan sólo es cuestión de intentar.